Por lo general todos contamos con las habilidades internas necesarias para superar una pérdida importante en nuestras vidas.
Y esto no quiere decir que sea tarea fácil, pero sí que es posible llegar a la aceptación de grandes pérdidas e incluso a veces experimentar un crecimiento enorme a raíz de estas.
Cuando la pérdida es reciente, esto te importa bastante poco porque ves muy lejos una posible asimilación de lo ocurrido.
Así que lo que te apoya en este proceso es colaborar activamente para trasitar la parte más difícil, en la que nos parece que nunca llegaremos a superarlo (y créeme que pasa).
Te sugiero que en este momento tan delicado, más que nunca te pongas en el primer lugar de tu vida. Que cuentes con todos los recursos que puedas brindarte.
Aquí te comento una lista de la cual quizás algunos sean adecuados para tu momento:
- Asume que estás en duelo. Respeta el estado de ánimo que tengas y no intentes estar emocionalmente igual que antes de la pérdida. Ésto es una etapa extraordinaria, teñida de aspectos que se salen de lo que llamábamos “normalidad”. Permite que tu dolor dure lo que tenga que durar, que se exprese de la forma que necesites expresar y no te compares con el proceso de duelo de otros. No hay duelos prototípicos.
- Atiende tus necesidades básicas. Por supuesto comer y dormir, Si no te ves capaz de cubrirlas por t´´í mism@, comparte lo que te ocurre y pide apoyo a tus seres más cercanos.
- Cuenta con el apoyo de los demás. Puede que no te apetezca mucho socializar, pero si eres selectivo a la hora de escoger con quién estás y lo haces con quien verdaderamente te apetece, compartir tiempo con otros puede dinamizarte. Ya sea que habléis o no del duelo.
- Comunica lo que sientes. Para empezar toma consciencia de qué estás sintiendo, conectándote con el cuerpo (es en el cuerpo donde sentimos las emociones). Date un espacio diario para estar a solas y sentir las emociones que haya. Si alguna la necesitas compartirlas con alguien, entonces permítetelo. Darle espacio a tu sentir y expresarlo supone un desahogo casi automático.
- Cuida tu cuerpo. Nada funciona si no cuidas la estructura que te mantiene en esta vida y si te dan ganas de dejarla entonces decláralo abiertamente. Es muy lógico que ante una pérdida importante la vida pierda su sentido. Tienes derecho de sentir eso, aunque no por ello debes reaccionar arremetiendo contra tu vida. Recuerda que este episodio de dolor pasará y puedes apostar por la vida. Trata entonces de evitar el sedentarismo excesivo y si es posible haz ejercicio (elevará tu endorfinas); aliméntate de forma equilibrada y aumenta la consciencia sobre el cuerpo. Puede ser muy útil participar en talleres de trabajo psicocorporal, psicodanza, etc. En el cuerpo se encalla el dolor y es a través de él que podemos liberarlo en gran medida.
- Medita. Si meditar es nuevo para ti, no te lies en conocer las miles de técnicas para encontrar ideal. Al final lo más importante es que te brindes un espacio de tiempo en el cual no hagas nada. Te sientes, cierres los ojos y simplemente seas con todo lo que hay en este momento.
- Perdónate. Renuncia a seguir culpándote por supuestas faltas o errores del pasado. Lo que fue así tuvo que ser, no lo dicto yo ni tu lo dicta la vida. Los errores no existen, desde tu inocencia hiciste lo mejor que sabías.
- Comienza actividades creativas o hobbies. Puede que no tengas muchas ganas, pero es una buena forma de canalizar las emociones que estás viviendo, estimular el contacto con lo presente y disfrutar. Lo creativo es vida.
- Toma decisiones. Si hay alguna decisión importante que has estado postergando quizás ahora es el momento de tomarla. Una venta, un trámite, un cambio… Hazlo y notarás que una parte de tu energía queda disponible para lo nuevo.
- Libros. Hay mucha literatura que puede apoyarte en un duelo. Próximamente hablaré sobre que pueden ayudarte a comprender lo que te ocurre y a asistir lo que estés necesitando.
- Pide apoyo psicológico. Si lo sientes necesario, cuenta con un apoyo psicológico profesional que te acompañe a trascender esta etapa y facilitar tu florecimiento a raíz de la pérdida.
- Participa en un grupo de acompañamiento al duelo. El encuentro con personas que están atravesando por una experiencia similar a la tuya aporta muchísima perspectiva y te ayuda a resignificar lo sucedido.
- Asiste a un grupo de Psicoterapia. En un grupo terapéutico se facilita un ambiente de confianza donde todos pueden abrirse, mostrar su interioridad y trabajar asuntos personales a través de determinados ejercicios o dinámicas. Es un trabajo muy intenso que en pocas horas permite obtener mucha comprensión de uno mismo. Y el factor grupo promueve que estreches nuevos lazos con personas que quizás están pasando por situaciones difrentes a las tuyas, pero dispuestas a desnudarse y mostrar su vulnerabilidad para crecer.
- Llora y ríe. No reprimir el dolor es básico, pero permítete también reír. ¡Claro que si! La risa también puede tener lugar durante un duelo, sobretodo si nos hemos permitido llorar lo suficiente todas nuestras lágrimas. Hasta en los procesos de duelo, podemos dar con situaciones irónicas; tener ganas de estar un rato bailando o encontrarnos dicharacheros. Y nada de esto es malo ni significa que no amábamos a la persona que se fue. La forma obligatoriamente triste y apagada en la que se han vivido siempre los duelos no solo es obsoleta sino también falsa y dañina para la salud. En esta etapa habrán muchas fluctuaciones emocionales y es todo un reto aceptarlas en todos los niveles. Recuerda que eres un héroe no por tu dureza sino por tu flexibilidad emocional.
- Explora tu espiritualidad. Para vivir tu espiritualidad no hace falta creer en ningún dios, sino encontrar lo que da sentido a tu existencia, aquello que te hace sentir autorrealizado. El momento de duelo por muerte es ideal para conectar con esto, puesto que invita a realizarte preguntas profundas que apuntan a buscar ese sentido. ¿Que ocurre después de la muerte?¿Que sentido tiene mi vida?. Acoge estas preguntas y encuentra tu personal filosofía de vida.
- Trabaja el desapego. Toda experiencia de duelo nos enfrenta con la realidad de la impermanencia de las cosas: todo cambia. La podemos acoger desde la aceptación, el autoengaño o podemos pelearnos constantemente con ella. Desapegarse es el proceso de entrar en paz con la vida tal y como es. Aceptamos que algo más grande que nosotros es quien decide por razones que nuestro pequeño ego interpreta como injustas o errores. El mayor impedimento en todo lo que se interpone en esta vida es nuestra dificultad para dar un si a lo que ha sido.
- Cree en ti. Reconoce que mereces salir de esto enriquecid@. Confía en tus habilidades para superar esta situación de tu vida. Asume que mereces salir de esto y que la persona que se fue también así lo desea para ti.
¿Pasaste por un duelo y encontraste recursos que te permitieron avanzar?. Me encantaría conocer tu experiencia y qué fue lo que te funcionó.