Mucha gente vive cual «cadáver viviente” siguiendo un plan previo, a menudo ni siquiera escogido por sí mismo, pero sea como sea un plan muerto, que no le motiva ni le anima a levantarse todos los días.
Todo transcurre en una vida muy llena de tareas, monótona y con gran protagonismo de lo banal y material.
Quizás tengas atisbos de consciencia acerca de lo que te inspira, pero el miedo a dejarte llevar por ello es muy grande.
Además, el ritmo de nuestra vida es tan rápido que lo último que queremos es gastar el tiempo en pensar en estas cosas y mucho menos en la realidad de la muerte. Pero es eso mismo lo que alimenta el círculo de miseria.
La realidad es que nuestro tiempo aquí es limitado e ignorar esto hace que prefiramos gastar nuestro valioso tiempo en adquirir y mantener cosas materiales, de las cuales rápidamente nos aburrimos. ¿Te sientes identificado? ¡Felicidades! Es el comienzo de un gran despertar.
Tomar consciencia de esto te permite reconectarte contigo mismo. Preguntarte. ¿Qué es lo que realmente me mueve? ¿Qué es lo que verdaderamente me apasiona hacer y no estoy haciendo?. Y entonces puedes empezar a priorizar lo importante.
Cuando tienes clara tu motivación, es más fácil tomar las decisiones, dejar a un lado el miedo a la aprobación de los demás o los miedos que han estado bloqueando tu acción hasta hoy.