Si alguien que aprecias ha perdido un ser querido, es lógico que quieras brindarle el mejor apoyo posible.
Para acompañar un duelo, lo principal es que conectes con lo que verdaderamente sientes. Que te muestres con autenticidad y a la vez mantengas el máximo respeto hacia la vivencia tan particular que está teniendo la persona. Cada proceso de duelo es único y hay tantas formas de vivir el dolor como personas en la Tierra.
Aquí te dejo algunos recursos que pueden ayudarte a la hora de acompañar a alguien en el tránsito por el dolor:
- Evita las típicas frases de pésame. Esas expresiones que no nos dicen nada y a menudo incluso niegan al otro el permiso de que se sienta como quiere: “Hay que ser fuerte” “El tiempo lo curará todo”,”Tienes que distraerte”, “Ahora está en un lugar mejor”, etc. Hay que tomar consciencia de lo que decimos o mejor no decir nada. Tampoco tienes que decir la frase perfecta. Tu simple y honesta presencia puede ser más que suficiente.
- Conoce en qué consiste un proceso de duelo. Si no lo has hecho ya entonces investiga, lee o escucha acerca de cómo funcionan estos procesos. Revisa tus experiencias personales de pérdida y familiarízate todo lo que puedas con el tema. Esto te permitirá prestar un mejor apoyo, además de enriquecerte personalmente.
- Escucha profundamente al otro. Permite que se desahogue permaneciendo en la escucha, en silencio y presente. Facilitando un clima de aceptación ante las emociones que expresa el otro. Si no sabes que decir no digas nada y si lo necesitas también puedes llorar. No es necesario mantenerte en la postura de “el/la fuerte”.
- Habla sobre el duelo con el doliente. No temas ahondar en los detalles y aspectos especialmente dolorosos. Por lo general, es muy liberador y en el caso de que la persona no quisiera hacerlo seguramente te lo hará saber.
- No te olvides de ti. Cubrir tus necesidades más importantes es básico para que puedas ayudar al otro de la mejor manera. Duerme, come, bebe y descansa lo suficiente. Volcarte demasiado en la otra persona no colaborará con su situación. Una relación de apoyo hacia el otro debe comenzar por el respeto hacia ti mismo.
- Si hay que tomar decisiones anímale a tomarlas. Si sabes que hay decisiones que necesita tomar y está postergando, invítale a hacerlo y muéstrale que estás ahí para acompañarle en lo que necesite. La decisión dejará disponible parte importante de su energía para otras cosas.
- Respeta siempre su manera personal de vivir el duelo. Aunque sea muy distinta a la forma en la que tú lo vivirías, lo que menos necesita ahora es sentir que no lo está haciendo bien. Evita decirle cómo debe sentirse y lo que debe hacer.
- Apóyate en otras personas y recursos. No es conveniente ser el único apoyo para el duelo de una persona. Asegúrate de que cuenta con otras relaciones cercanas. Y en caso contrario averigua talleres de crecimiento personal, grupos de acompañamiento al duelo, terapeutas, retiros, libros y otros recursos que puedas ofrecerle.
- Toma consciencia de lo que piensas y sientes acerca de lo que está viviendo la persona. La calidad del apoyo que ofreces no es la misma si en el fondo opinas que la persona no va a ser capaz de superar lo que le está ocurriendo. Del mismo modo si tienes prejuicios acerca de sus creencias sobre la muerte. Concédete un espacio para la introspección y para sincerarte contigo mismo. Esto mejorará tu capacidad de escucha y tu disponibilidad para entender lo que necesita en ciertos momentos.
- Si lo ves necesario sugiere un apoyo psicológico. Con el tiempo y aunque todavía en duelo, por lo general una persona va mejorando y cogiendo de nuevo cierto ritmo de normalidad en su vida. En algunas ocasiones, pasado un tiempo todavía no puede retomar sus tareas cotidianas, pone en grave riesgo su salud (por abusos, distracciones o negligencias) o ha perdido totalmente el sentido de su vida. Es entonces cuando podemos considerar la opción de buscar apoyo psicológico.